martes, 14 de noviembre de 2017

Revelan el mecanismo por el cual dormir poco perjudica a nuestra capacidad de atención

Un nuevo estudio es el primero en desvelar cómo la falta de sueño altera la capacidad de nuestras células cerebrales a la hora de comunicarse entre sí, lo que lleva a lapsos mentales temporales que afectan a la memoria y a la percepción visual, entre otras facultades.

El equipo de Itzhak Fried, de la Escuela David Geffen de Medicina en la Universidad de California en la ciudad estadounidense de Los Ángeles (UCLA), y Yuval Nir, de la Universidad de Tel Aviv en Israel, estudió a 12 pacientes epilépticos que tenían electrodos implantados en sus cerebros para poder localizar el origen de sus ataques antes de la operación quirúrgica destinada a solucionar su problema. Debido a que no dormir lo suficiente puede provocar ataques, estos pacientes permanecen despiertos toda la noche para acelerar la aparición de un episodio epiléptico y acortar su estancia hospitalaria.

El equipo pidió a los pacientes que clasificaran una serie de imágenes lo más rápido posible mientras sus electrodos registraban la emisión de señales ("disparos") de casi 1.500 células cerebrales individuales en tiempo real. Los científicos se concentraron en el lóbulo temporal, que regula la percepción visual y la memoria.

La realización de la tarea se hizo cada vez más difícil a medida que los pacientes se sentían más y más somnolientos. A medida que estos se ralentizaban en la realización de la tarea, también lo hacían sus células cerebrales. Fried, Nir y sus colegas comprobaron cómo el no haber dormido mitigaba la actividad celular normal del cerebro. En vez de la habitual reacción rápida, las neuronas respondían despacio, disparándose más débilmente, y sus transmisiones se prolongaron más de lo normal.




En las personas que no han dormido lo suficiente, son comunes las neuronas que reaccionan más despacio y se disparan más débilmente. (Imagen: UCLA)

No haber dormido interfería en la capacidad de las neuronas de codificar información y traducir las señales visuales en pensamientos conscientes.

El mismo fenómeno puede suceder cuando un peatón pasa por delante de un vehículo conducido por alguien que no ha dormido lo suficiente. Tal como señala Fried, el propio acto de ver al peatón se ralentiza en el cerebro demasiado cansado del conductor; necesita más tiempo para reconocer lo que están captando sus ojos.


Los autores del estudio también descubrieron que la actividad más lenta de las células cerebrales de los pacientes estaba acompañada por ondas cerebrales más lentas en las mismas regiones del cerebro. Este fenómeno parece corroborar, en palabras de Fried, que esas regiones de los cerebros de los pacientes estaban adormiladas, causando lapsos mentales, mientras que el resto del cerebro se hallaba despierto y funcionaba como siempre.

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